Los resultados de un proceso de investigación sobre reubicaciones humanas relacionadas con desastres en México surgen como formulación de una propuesta de evaluación de hechos consumados, es decir, de reubicaciones que el gobierno mexicano había realizado para responder a situaciones de destrucción mediada por fenómenos naturales desastrosos como inundaciones, huracanes y derrumbe de laderas. Se sometió como propuesta en el marco de una convocatoria del Fondo Sectorial SEDESOL-Conacyt que estaba centrada en solicitar evaluaciones a sus programas de vivienda en el año de 2002.
La investigación inició como un esfuerzo colectivo que definió para sí una metodología compartida y muchas visiones del problema de las reubicaciones y los desastres, pero concentradas en el área de las ciencias sociales. La intención de hacer una investigación verdaderamente colectiva, hizo que se definieran dos ejes fundamentales para asegurar ese sentido colectivo de la investigación entre todos los participantes, investigadores y becarios de diversos niveles: un banco de información y un seminario de investigación. La decisión de ejercer la colectivización de la investigación estuvo sustentada en mecanismos que aseguraran la nota del crédito autoral en el esquema de información compartida. Se realizaron cerca de 500 entrevistas que fueron transcritas y dispuestas en el banco de información con códigos que mostraban a los autores y a los entrevistados y a quienes realizaron las transcripciones; Utilizamos un sistema de información geográfica para realizar cartografía básicamente de las variables de las encuestas y que se colocaron en el banco de información, así como los productos derivados o parciales como presentaciones, artículos, fotografías, videos, etc.
El proyecto desarrolló y aplicó dos encuestas censales en diferentes momentos de su propio desarrollo en siete casos de estudio, una específica sobre las inundaciones de 1999 en Poza Rica y Tecolutla, para entender esos dos importantes centros urbanos como contextos de sendas reubicaciones Los integrantes, investigadores y becarios de licenciatura y postgrado, participaron desde la discusión del diseño de cuestionario, hasta en la coordinación de su levantamiento y en algunos aspectos también participaron del procesamiento.
Se realizaron varios periodos de trabajo de campo en equipo en cada una de las reubicaciones, pero los becarios, por su cuenta, también realizaron diversas estancias de campo de manera individual para cumplir con las necesidades de acopio de información para sus respectivas tesis. Generamos también un seminario de investigación que logro ser un espacio de regulación de las experiencias de producción de conocimiento, y de análisis muy detallados. Se presentaron discusiones, de avances, de tesis, de presentaciones expertas sobre temas particulares. También trató de ser un ámbito de interlocución con los funcionarios públicos de SEDESOL, aunque lamentablemente este propósito no logró consumarse.
La investigación tuvo el propósito central de ejercer evaluación global, integral de las reubicaciones analizadas. Partió de interrogar las variantes de evaluación, sus estilos y los intereses correspondientes, para tener claridad en su naturaleza y en las limitaciones comunicativas y conceptuales. Se fijó el propósito amplio de dar cabida a las visiones de los investigadores, de los funcionarios públicos interventores y fundamentalmente de los beneficiarios (o afectados) por las reubicaciones. En este proyecto, tratamos de hacer una evaluación global tanto en términos temporales como de los contenidos de las acciones de reubicación. Observamos las condiciones en las que se crean los mecanismos de intervención aunque partimos de un objeto de concentración de estudio como el Programa Emergente de Vivienda de sedesol.
Quizás algunos de los aspectos de mayor relevancia alcanzados en este esfuerzo de investigación, se sintetizan señalando que la intervención gubernamental en desastres (de lo que se han desprendido la acción de reubicar grupos humanos) ha tenido un “pecado original”. Ha partido de un falso supuesto con respecto al desastre, lo ha confundido con un conjunto de problemas que suponen obstáculos a la gobernabilidad y ha desarrollado prácticas de atención muy orientadas al control social. Es importante que se corrijan esos supuestos de intervención. Los desastres no ofrecen problemas de gobernabilidad en sí. Reflejan necesidades de desarrollo social.
Por otra parte, es preciso advertir que una de las conclusiones centrales de todo este proceso de investigación evaluativa, es que la mayoría de las reubicaciones analizadas no cumplieron con los propósitos para las que fueron realizadas. Encontramos tres componentes que desembocan en la razón contundente de ello: (1) no han logrado tener la ocupación debida, por parte de los beneficiarios originales, (2) ni han trasladado a los grupos humanos fuera de contextos de riesgo. Tampoco (3) han evitado el repoblamiento de las viejas áreas desastradas, al contrario, muy probablemente han incidido en fomentarlas. La conclusión central, debe ser vista también en los términos en positivo. Finalmente se logó acceder a una valoración de acciones de gobierno que suponen importantes derramas de recursos humanos y financieros que se destinan a la atención de grupos necesitados por condiciones críticas y estructurales. El sentido de la evaluación, pues, se cumple en la medida en la que las experiencia, perfectibles, de suyo, deben dar acceso a mejores formas de actuar, para contribuir a la superación de las condiciones de existencia de la sociedad mexicana.